lunes, 19 de mayo de 2014

Salida 11-05-2014

Salida del 11-05-2014.
 
Ya iba siendo hora de que LKDT hicieran alguna salida fuera de las rutas habituales. Con esta premisa, y como es costumbre, quedábamos vía Whatsapp a lo largo de la semana para decidir donde iríamos, decidiéndose que "emigraríamos" a la Ruta del Agua, en Guillena.
 
El domingo, salíamos desde El Huerto a las 07;30 de la mañana, dónde habíamos quedado un poco antes para cargar las bicis. A las 8;15 aproximadamente estábamos en Guillena en disposición de salir a dar pedales.


Comenzamos por el camino que lleva a la Lenteja, para antes de llegar a ella, desviarnos a la derecha y tomar el tramo restringido. Antes, habíamos tenido que parar a que Jesús desaguara (vaya novedad...), comprobando que, en el tiempo que tardó, el sol iba a picar tela ese día. En el tramo restringido pusimos un ritmo alegre, animados por la sombrita que había, así como por los continuos  sube-baja, donde el personal componente de la expedición se defendió bien, ya que el tramo además es bastante rodador y no lastra mucho, aunque hay que ir con cuidado en las curvas porque no agarra mucho (verdad Alberto?). Numerosos conejos y alimañas diversas las que se nos iban cruzando por este tramo. Poco antes de llegar a la cantina paramos para hacernos algunas fotos.







Después de la sesión fotográfica continuamos hasta la cantina, dónde paramos a reagruparnos y preguntar, además de que un componente del grupo (mantendremos su anonimato) soltara lastre y declararan el WC de la cantina "zona catastrófica".
 
De ahí nos encaminamos hacia la subida de los toros, o eso creíamos, ya que después de recorrer 5-6 km vimos que teníamos que dar la vuelta, puesto que la subida de los toros se veía al otro lado del pantano. Nos habíamos saltado el cruce nada más salir de la cantina. Tuvimos que volver sobre nuestros pasos hasta dicho cruce, donde nos reagrupamos, notificando Jesús que iba ya justo de gasolina, y Alberto que la alergia lo estaba matando. Aún así continuaron y nos fuimos para la cuesta de los toros. El grupo se fue estirando, con Josema y Felipe delante, seguidos por Jesús, y servidor acompañando a Alberto, que lo estaba pasando mal con la alergia. Poco a poco, Alberto se me iba quedando detrás y llegué hasta Jesús, al que la cuesta se le estaba atravesando un poco. Al poco tiempo había contactado con Josema y Felipe. Jesús y Alberto decidieron volverse en este punto, llegando a Guillena subiendo la lenteja y tirando directamente para un bar. Josema, Felipe y Arturo continuaron subiendo, llegando al cruce de la finca de los toros (a la izquierda para los lagos del serrano, a la derecha para Castilblanco), tomando dirección hacia Castilblanco. Seguíamos subiendo. Poco después nos encontramos unas vacas de carne acostadas en el camino. Felipe y yo pasamos y las vacas ni se coscaron, pero Josema decidió que no era buen día para tomar la alternativa, por lo que no pasó por donde las vacas y tomó en este punto el camino de vuelta, siguiendo idéntico recorrido que Jesús y Alberto, es decir, lenteja y del tirón para el bar.
 
Felipe y yo coronamos por fin la cuesta de los toros y comenzamos la bajada hasta el pantano de Castilblanco. Una vez en la presa del pantano, nos encontramos a unos colegas a los que preguntamos por un camino de vuelta distinto al que traíamos, más que nada para no subir la impresionante bajada hasta la presa que acabábamos de hacer. Nos explicaron que llegando a Castilblanco teníamos que salir por la carretera en dirección para Burguillos, dejando la carretera a los dos o tres kms por una trialera (camino de los peregrinos) que nos llevaría hasta Guillena. Cuando los colegas dijeron la palabra "trialera", a Felipe y a mi se nos iluminó la mirada, por lo que sin pensarlo, nos fuimos cuesta arriba en dirección a Castilblanco.
 
 

 
 
 
Subiendo por la cuesta después del pantano, pude ver como Felipe se comenzaba a quedar detrás. Felipe, sino es el más fuerte de nuestro grupo, está como mínimo en el top3, por lo que me extrañe bastante al ver que comenzaba a quedarse. Bajé el ritmo para acompañarlo, ya que según me dijo, lo iba pasando mal por el calor. Acordamos en parar en Castilblanco para tomar un "aguario", o eso quería yo... Una vez en Castilblanco nos metimos en el primer bar que vimos, que tenía una terraza bastante agradable y con mucha sombrita. Una vez allí, le dieron viento fresco al "aguario" y nos apretamos una litrona fresquita, que nos gusta bastante más.
 


El poder revitalizante y mineralizante de la litrona hizo rápidamente su efecto en Felipe y en mí, por lo que, sin perder más tiempo, nos encaminamos a la carretera de Burguillos, buscando la trialera. En la carretera, con fuerzas renovadas, pusimos un ritmo muy alto, por lo que, como era de prever, nos pasamos varios pueblos de la salida de la trialera. Tuvimos que preguntar a un compañero cicloturista (de alforjas y demás) que nos indicara el camino, lo cual hizo en un "alemanglish" bastante curioso. Nos volvimos sobre nuestros pasos y tomamos el camino de los peregrinos, el cual, en sus primeros metros, nos dejó entrever que su nombre es bastante acertado. El que no conozca el camino, como era el caso de nosotros, se quedará bastante impresionado. No llega a ser una trialera pura y dura como las que ya hemos superado en otras ocasiones, pero es de una dificultad técnica alta. Menos mal que en casi todo momento se va perdiendo altitud, aunque tenga algún que otro repecho.











Felipe disfrutando del camino de los peregrinos.
 
Hubo varios momento en los que tuvimos que tirar de orientación y volvernos en varios cruces, ya que el camino no tiene ningún tipo de señalización, o al menos nosotros no las vimos. Pero bueno, íbamos encantados por la belleza del entorno y por lo entretenido del camino y éste, en gran parte, se nos pasó sin apenas esfuerzo de lo emocionados que íbamos.











Yo también disfruté lo mio!
 
Ya llegando a Guillena, y despistados de nuevo, tuvimos que preguntar de nuevo a otra peregrina. En esta ocasión tocó anciana japonesa, que en japanglish consiguió orientarnos exitosamente, pese a nuestro mairenenglish (el de Felipe bastante mejor que el mío),  hasta Guillena, donde entramos por su polígono industrial. Un par de kms después por carretera y ya estábamos en el bar con nuestros compañeros, que ya nos esperaban en el bar hacía rato. Felipe y yo nos unimos al grupo  nos tomamos un par de leñazos, para no hacer el feo.
 
Magnífico día el que echamos, aunque, por los motivos descritos, no llegaramos todos juntos al punto de partida. Es un punto que mejoraremos para las siguientes salidas, fijo!
 


Cifras del día (de Arturo y Felipe).
 
Como siempre, esperamos que os haya gustado, a nosotros por lo menos nos gustó bastante!!!
Pronto más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario