viernes, 31 de octubre de 2014

XIV Ruta Sierra de Paterna.

XIV Ruta Sierra de Paterna.-

 
Un año más, Arturo y Jesús acudían al Maratón Sierra de Paterna. En esta ocasión debutaban en la prueba, Felipe, Manuel Leandro y Josema. También participaron Pinedita (segunda participación), Prenda (primera), Sergio (primera), Marcos (primera), Dioni (segunda?), Felix (?), Isidro (?), Casado (?) y Burra (?). Como eramos bastantes participantes de Mairena, unos hicimos la larga y otros la corta. Os dejamos sendos resumenes de lo acontecido.
 

Los novatos tomando nota del Pinguete...

Hola soy Jesús y paso a detallar mi vivencia en la XIV Maratón Sierra de Paterna:
Como buenos profesionales que somos, el día antes de la carrera pasamos por Paterna del Campo para recoger los dorsales y aprovechamos para reconocer el Pinguete. A la llegada a Mairena cargamos Pineda y yo las bicis en el coche y lo dejé todo preparado para la mañana siguiente ya que habíamos quedado a las 5:30 en el Huerto con el resto de componentes para llegar pronto a Paterna.
 

Mi dorsal!

Con nocturnidad y alevosía sonó el reloj sobre las 4:30 de la “noche-mañana”, me vestí, cargué los bártulos en el coche y tiré par El Viso para recoger a Pineda. Al poco tiempo y tras observar las malas recogidas que tiene la gente estábamos en el Huerto para proceder a cargar las bicis de los compañeros y acto seguido salir zumbando para Paterna. Nada más salir nos encontramos con un control de la Guardia Civil; se nos acercó y tras ver las bicis y nuestros caretos nos dijo que continuáramos con la marcha.
Una vez llegados a Paterna nos paró la Policía Local, esta vez para indicarnos que aparcáramos en una explanada que había justo en la entrada del pueblo. Le comenté que prefería adentrarme en el Pueblo para tener todos los servicios más a la mano y aunque no muy convencido nos dejó pasar. El coche de nuestros compañeros pasó de él olímpicamente y siguió detrás nuestra. Afortunadamente había mucho aparcamiento libre y estacionamos justo en la avenida donde estaba la salida.
 

 Cogiendo fuerzas antes de la carrera.

 
La máquina del cantante.

Ya situados, procedimos a desayunar en un bar cercano, nos vestimos y tiramos para el cajón de salida. Llegados allí mi sorpresa era que nos desplazaban a la zona trasera del cajón por no estar federados. Al ser este año campeonato de España parece ser que la Federación lo ordena así; con lo cual todo lo pronto que entramos en el cajón solo nos serviría para estar en las primeras posiciones de los no federados teniendo por delante a un millón de personas.
 


Esperando a Manuel Leandro... vaya novedad... jejejej

Entre bromas, risas y nervios pasaron los minutos y cuando nos dimos cuenta nos estaban dando la salida. Al haber tanta gente este año el paseo por el pueblo fue algo más tranquilo que el año pasado y tras el descenso por la carretera que nos metía en el campo, llegamos al km 0 observando en el reloj de carrera que los Trujillo, Mantecón y compañía habían pasado doce minutos antes que nosotros por allí. Los primeros kilómetros fueron algo nerviosos, mucha gente por todos lados, adelantándolos, adelantándonos pero sin problema alguno.

Como tenía decidido desde el principio que iba a realizar la ruta corta empecé a tirar a “jierro” dejando a mis compañeros. Hasta el km 19 casi todo era cuesta arriba, no con mucha pendiente pero siempre exigiéndote bastante. Una vez superado esto estaba el primer avituallamiento, en el cual cogí agua y una barrita (todo esto sin pararme como los profesionales jejej). Poco después me superaba Felipe en uno de los innumerables repechos que había. No quise cebarme con su rueda ya que él está mucho mejor de forma que yo y además tenía pensado realizar la ruta larga.

 

 Que contento estaba el muchacho... aún no sabía lo que le esperaba!

Siguiendo para arriba y para abajo por la sierra, (algunas vistas eran preciosas) sobre el km 25 me pasó Pineda pero del cual no me despegué mucho. Ahí empecé a notar el primer bajón ya que apenas había comido hasta entonces y tampoco había bebido mucho. Comencé a hidratarme y a ingerir alimento, unos pedazos de geles que compré el día antes, los cuales me ayudaron bastante a recuperarme. Con todo esto en el cuerpo llegué al primer tapón que se formó en una bajada que estaba algo mala por las lluvias de los días anteriores. Aproveché para desaguar, beber de nuevo y andando por el lado izquierdo alcancé a Felipe dándome cuenta que Pineda también estaba por la zona. Pasando el tapón comenzaba un camino muy estrecho y sinuoso lleno de zarzas, las cuales nos dieron un recital de varazos desde la cabeza a los pies. Desembocamos en una bajada muy peligrosa que daba a un arroyo en donde había otro tapón. Ya superados estos obstáculos comenzamos a subir la cuesta del Chacho, más de 4 kilómetros con una pendiente bastante fuerte y continua. Ahí perdí de vista a Felipe y Pineda ya que al enterarme de la longitud de la cuesta metí plato chico y cogí una cadencia de pedaleo suficiente para no castigarme en demasía. Una vez coronado el Chacho (km 35 aprox) comenzaba un sinfín de subidas y bajadas bastante fuertes. En una de ellas estaba el segundo avituallamiento en el que aprovecha para comer fruta y tomar un aquarius fresquito de un buche. Poco después encontré a Felipe y Pineda parados arreglando un pequeño pinchazo, aproveché para beber y comer de nuevo ya que el Chacho me había dejado seco y proseguimos con la marcha divisando en una bajada a Arturo que llegaba hasta nosotros animándonos con un grito peculiar suyo “mariconaaaass”.

Desde ese punto que creo que era el km 40 hasta el 48 que se bifurcaban las dos rutas fuimos mas o menos juntos. Una vez llegados a la separación de las rutas Felipe y Arturo cogieron la larga y Pineda y yo la corta. La ruta corta hasta el tercer avituallamiento era bastante liviana con mas bajadas que subidas. Todo esto nos llevó al último avituallamiento de la corta y desde ahí cogimos la recta que nos llevaría a Paterna.
Ya sabiendo que quedaba poco y encontrándome bien metí el plato grande por primera vez en el día para rodar aprovechando el único llano que encontré en la carrera. Ahí me pasó un grupo de cuatro seguidos de otro grupo de seis a gran velocidad. Pude distinguir entre ellos el dorsal nº 1 en un ciclista del primer grupo y me di cuenta que era la cabeza de carrera. (Desde entonces mi orbea solo pone bea… jejej).

Ya llegando a la última cuesta “el pinguete” comencé a relajar piernas, tiré el aquarius que quedaba en el bote y el agua del otro bote se la eché a la cadena para limpiarla. Al inicio de la cuesta estaba Harry, un compañero del club, el cual me dio mucho ánimo para afrontarla. Metí todo el desarrollo que tiene la bici y mirando para el suelo apretaba todo lo que podía mientras que la gente del pueblo te anima a grito pelao. En la última rampa apenas había sitio material por donde pasar, gente por todos sitios, que ahí, mas que ayudar te entorpecían el paso, pero como pude y apodándome literalmente en la muchedumbre logré coronar el pinguete. De ahí a meta solo coger aire y subir (para no variar) la calle que desemboca en meta.

Ya relajándome en meta vi como entraba Pineda y tras hidratarnos algo tiramos para el coche en busca de la merecida ducha y de la comida para reponernos, no sin antes ver los últimos minutos del Betis en la peña bética de la localidad.
Esta ha sido mi vivencia de la XIV Maratón Ruta Sierra de Paterna, con buenas sensaciones, las cuales se refrendaron al ver la clasificación de la corta, habiendo quedado entre los 200 primeros de 734 personas que la realizaron.
Saludos.


Manuel Leandro también nos cuenta su versión;

Carrera de Paterna del Campo, 5 de octubre de 2014.

Como ya hacía tiempo que estábamos esperando esta fecha, y nos estábamos preparando para este evento, pues llegado el día, con felicidad por poder participar, pero con preocupación por si podía acabar la carrera, a las 5:30 de la mañana del domingo 5 de octubre quedábamos en el Huerto para poner rumbo a Paterna. Llegamos allí de los primeros, por lo que pudimos aparcar los coches justo al lado de la salida y meta, aunque yo tuve que esperar a que llegara Prenda para recoger mi bici, ya que se la trajo él en una furgoneta.


Contento y limpito.

Cuando dieron la salida casi no se podía andar de tanta gente, hasta que poco a poco se fue estirando el pelotón por el tramo neutralizado por las calles del pueblo y la carretera de salida hacia la sierra. La verdad, es que en este tramo ya íbamos bastante rápidos. Una vez pasamos el km 0, como siempre, a mi me cuesta más trabajo calentar las piernas, y ya empezaban las cuestas arriba, que aunque no tenían una pendiente excesiva, si había que hacer su esfuerzo para ir subiendo. En este primer tramo me adelantó mucha gente, y sobre todo a los 13-14 kms, que había pinchado y tuve que parar a cambiar la cámara de la rueda trasera. Yo tenía la sensación que me quedaba el último, por lo que me empecé a agobiar, pero al llegar al primer avituallamiento, sobre el km 20, y después de ser casi todo subida, me empecé a sentir mejor, y además me tomé todo lo que me dieron allí. A partir de aquí empecé a alcanzar a gente, cosa que también me animaba, hasta que llegué a un sitio donde había por lo menos 200 participantes parados. Pensé ¿Qué regalan aquí?, era muy pronto para otro avituallamiento, pero era una pendiente muy pronunciada que había que bajar, el terreno estaba muy mal, y la mayoría de la gente lo hacía andando. Por mí mejor, ya que conseguí alcanzar a más gente. 

 

Pinedita ilusionado en su segunda participación.

Una vez abajo, me monté en la bici y fui pidiendo que me dejaran pasar a los que iban más lento o andando, ya que también hubo que atravesar un río, donde por desgracia un ciclista que iba por detrás de mí se cayó, y lo vi en la zona de meta con el brazo escayolado, mala suerte y que se recupere pronto. Justo cuando acaba el rio, curva a la derecha, y es donde en realidad empieza lo duro del recorrido que yo hice (el corto), la cuesta de los machos, anunciaba en un cartel 3,3 kms a una pendiente (¡continua!) del7,5%, por lo que como estoy acostumbrado, plato pequeño, un piñón grande, y paciencia aunque me adelante gente, pero cual es mi sorpresa que me sentía relativamente a gusto, puse un ritmo agradable y ¡¡seguía adelantando a gente con aquel cuestón!!. Al llegar al final, no es que acabara la cuesta, sino que estaba el 2º avituallamiento, y la cuesta seguía con algo menos de pendiente, y con trialeras incluidas, donde seguía adelantando a gente, e incluso esquivando a los que iban andando. 

Llegado aquí pensaba, pues a lo mejor no estoy tan mal, mi objetivo era no entrar entre los 50 ultimos del recorrido corto. Ya llegó un momento en el que yo solo pensaba que alguna vez tendríamos que bajar, que de 45 kms que llevaba, prácticamente todo era subida, no se veía el pueblo, solo veía desde allí, sierra y al fondo Sanlúcar la Mayor, y todavía quedaba el Pinguete, pero, ¿por donde estaba? Por fin, tras una curva, empieza un camino ancho, bueno y ¡¡cuesta abajo!! Los últimos 12 kms antes de llegar al Pinguete los hice en la cuarta parte de tiempo que los 7 u 8 anteriores, ya velocidad, descansar y buscar el último avituallamiento, donde también me tomé todo lo que me pusieron por delante para coger fuerza para el Pinguete.
 

 Al fondo, Jesús y Arturo.

Ya en el camino recto que lleva al Pinguete, mejor no mirar al fondo, porque te desmoralizas, no ves una cuesta, ves una pared, y conforme te vas acercando, parece una etapa de montaña del Tour de Francia, tanta gente que solo cabe un cicista por la calle. Yo iba bien, tan bien que incluso adelanté a 2 ciclistas subiendo la cuesta, pero a 5 metros de coronar, el que iba delante de mí, que ya se le había caído el hígado, los riñones, y se le veía el corazónen la boca, se paró, y como yo no cabía, tuve que poner los pies en el suelo para no chocar con el, con lo que los últimos 5 metros los hice andando. Cuando subí, me monté en la bici, me dirigí a la meta, y a buscar a los compañeros que ya habían llegado. Después lavar la bici, asearnos, tomar una cerveza, comer y rumbo a Mairena. Como resumen, la experiencia me ha gustado y si puedo, pienso repetir.

Al final, 62 kms, velocidad media 15,2 kms/h y y un tiempo total de 4h 8minutos. Decir que entré sobre el 405 de unos 750 que hicimos la corta, así que muy bien. 

Finalmente, si habéis llegado lleyendo hasta aqui y no se os han caido los ojos, contaré mi versión... jejeje.

Cómo ya han ido comentando Jesús y Manuel Leandro, el sábado antes, nos desplazamos unos pocos a Paterna con la idea de recoger los dorsales y evitarnos colas y demás el domingo. El sábado estaba el pueblo bastante ambientado, nota para el año que viene, creo que no es mala idea ir a echar allí la tarde. Nos volvimos pronto a Mairena, ya que era poco el tiempo que había para descansar, y el domingo la cosa prometía ser dura.

Bien temprano nos levantamos el domingo y, después de cargar bicis y bártulos, pusimos dirección a Paterna, no sin que antes nos parara la GC a la altura de la Urbanización El Campillo. Al rato estabamos en Paterna, entrando en el pueblo y aparcando cerca de la salida-llegada. Lo primero que hicimos fué ir a tomar algo, puesto que algunos compañeros iban aún sin haber desayunado. Luego, bajamos las bicis y nos vestimos de romano. Manuel Leandro tuvo que ir a buscar la suya, que la traia Prenda en una furgo. Mientras, Pinedita, Jesús, Josema, Felipe y yo nos ibamos para el cajón de salida, donde nos posicionamos los mejor que pudimos. Al principio estabamos algo mosqueados por el montón de gente que se veía por delante (todos los federados y más), pero luego, al mirar para atrás, pudimos ver que estabamos más o menos en la parte delantera del pelotón de los "no federados", lo que nos tranquilizó un poco, sobre todo a los que pretendíamos hacer la larga. Entre tanto, Manuel Leandro ya había llegado y se unia al grupo. También vimos a Sergio y Burra, quienes, pese a que lo intentaron, no pudieron unirse a nosotros en el cajón, y es que la cosa estaba ya apretada de ciclistas, y el ambientillo, para dejar pasar gente, comenzaba a ser hostil...
 
   
Sergio y Josema.


Jesús (del Lampre).

A las 09.00 de la mañana puntualmente, se daba la salida de la carrera, discurriendo la misma neutralizada por las calles de Paterna, abarrotadas de público. Como en años anteriores, se salia de Paterna y se bajaba por la carretera, tramo el cual, pese a estar neutralizado, el pelotón, por lo menos en la parte que ibamos nosotros, iba bastante rápido. Poco después se abandonaba la carretera y comenzaba la competición. Cuando pasé por la salida, el reloj marcaba 18 minutos, 18 minutos pasando gente... y luego nosotros, y estabamos más o menos bien colocados!!!

 
 
  
Detalle del primer entaponamiento.

Ya con la carrera lanzada, cada uno fué cogiendo su ritmo. Yo, que me cuesta bastante calentarme, pude ver como se alejaban Prenda, Burra, Felipe, Pinedita y Jesús, en los primeros kms. Iban con un ritmo fuerte que yo no podía permitirme de momento. Por detrás rodaban Sergio, Manuel Leandro y Josema. Del resto de la expedición de Mairena, ni idea. Poco a poco fuí encontrando mejores sensaciones y pudiendo rodar algo más rápido, lo que me tranquilizaba. Hay que tener en cuenta que el control horario para la ruta larga cerraba a las 12.30 y había que llegar antes. Iba adelantando gente continuamente, y algunos me adelantaban a mi también, pero me encontraba progresando y eran más los que adelantaba que los que me adelantaban, así hasta que llegué al primer tapón. Aprovechando que estabamos parados y que se preveía que era para un rato, comí algo y fuí adelantando gente usando artimañas italianas como pude. El el rebujón de gente, al lejos, pude ver a Josema y Sergio, unos 200 metros más atrás, pero como con 15 minutos de embotellamiento por delante. Una vez que llegué a la "dificultad orográfica" que provocaba el tapón, me quedé patidifuso y ojiplático, puesto que se trataba de una bajada sin mucha complicación, ni de pendiente, ni de piso, ni de nada. Señores, un poquito de por favor!!! Si usted no es capaz de bajar las escaleras de 3 peldaños del parque de su pueblo, por favor, no se meta en estos jardines!


Sufriendo, pero menos que el año pasado.

Superado el escollo, comencé a apretar fuerte, a ver si daba caza a alguno de los mios, ya que no quería verme en solitario como el año pasado, que lo pasé regular tirando para mal. Me acompañaba un chaval de Gines, que decía que no estaba muy fuerte, pero que andaba tela. Nos fuimos dando relevos hasta que llegamos al segundo tapon. Adelantamos a bastante gente. En el segundo tapón si había que bajarse de la bici, puesto que se trataba de un cortado que bajaba a un rio, estando la última parte del cortado muy suelta y con mucha pendiente. Poco antes de llegar al agua nos subiamos de nuevo a la bici. Había que seguir el cauce del rio unos 200-300 metros. La cosa estaba un poco complicada, ya que el suelo era de chinos gordos, los cuales, mojados como estaban (por la parte que discurría el agua y por la que no, debido al paso de los ciclistas), dificultaba mucho poder rodar por ellos. Muchos fueron los que comprobaron la dureza de los mismos. Nada más salir del rio comenzaba una subida bastande larga, con una pendiente continua bastante empinada, donde comencé a ver a los primeros ciclistas del día haciendo "empujabike". De nuevo me encontraba bien con el ritmo que llevaba, superando a numerosos compañeros y alcanzando casi en la cima de la cuesta a Felipe, Pinedita y Jesús. 

Poco después llegabamos al control. Serían las 11.45 así que Felipe y yo giramos a la derecha dirección ruta larga, continuando Pinedita y Jesús por la ruta corta. Nada más tomar el desvio de la ruta larga comenzaba una subida por una trialera que no tenía mucha dificultad, y que era bastante asequible, en la que Felipe y yo adelantamos a mucha gente, muchos de ellos andando. Superada la misma y ya en un camino más despejado, comenzabamos a rodar a buen ritmo, aunque ví que Felipe comenzaba a hacer "la goma". Llegabamos a un avituallamiento, creo que era el segundo y aproveché para engrasar algo la cadena, que crujia más que un barco viejo. Salimos del avituallamiento e ibamos ya prácticamente en solitario. Lo rápidos que podíamos, pero tranquilos de saber que por detrás venía mucha gente, ya que habíamos pasado el control con bastante holgura. Felipe poco a poco se quedaba detrás, quedandome en ese momento en solitario. Intentaba no perder mucho el ritmo, pese a que en algunas cuestas me ralentizaba mucho, subiendo continuamente con el molinillo, intentando no gastarme mucho. Hubo un momento de la carrera en la que me alcanzó Dioni, con el que compartí unos kms, pero al que no pude seguir, quedando de nuevo en solitario.

Poco a poco llegaba al tercer avituallamiento. Yo, que en un alarde de confianza, había decidido llevar sólamente el bote y no el camel (que el año pasado me dio bastante la lata y luego ví que fué innecesario), pude ver cómo en ese avituallamiento no había agua. En su lugar me dieron una especie de batido de fresa que decían en el avituallamiento que era "recuperador muscular". A mí, el único músculo al que le hizo efecto fué al estómago, que me lo puso del revés. Además estaba malo de "cohones". Casi sin agua seguí adelante, esperanzado en que en el cuarto avituallamiento hubiera líquido elemento. Ya a esa hora, el sol pegaba bastante y comenzaba a ver a bastantes compañeros sin agua ninguna, pululando por la sierra empujando sus bicis. Yo también me quedé seco y estuve un par de veces por recoger algún bote de los que se caen en las cuestas abajo, pero eso, quien, totalmente escaso de fuerzas, se vuelve en una cuesta abajo a buscar un bote que ha visto hace un segundo pero que puede estar 300 metros más arriba? Casi deshidratado pregunté a un voluntario que cuanto faltaba para el avituallamiento y me dijo que "2 kms". Una vez más pude comprobar que el sistema métrico no es igual en todo el mundo, no correspondiendose los kms de Mairena con la forma de medir que tienen por ahí...

Iba ya bastante fundido, pero alguno iba peor. Iba pensando en no bajarme de la bici e intentar llegar al avituallamiento como fuera. Iba adelantando gente. Poco antes de llegar al avituallamiento, adelantaba a un grupo de unos 10 ciclistas totalmente muertos. Cuando llegué al cuarto avituallamiento, pude ver como un compañero estaba allí vomitando como una culebra, con fuertes calambres debido a la deshidratación. De agua ni rastro. Sólo quedaban en la mesa 3 botes de zumo de 20 ml. Uno me lo bebí del tirón y otro lo eché en el bote y me fui zumbando y maldiciendo, no podía quedar mucho para Paterna.


Prenda, novato en la carrera y en el Pinguete.

Las pocas cuestas que me quedaban para salir de la sierra me parecían paredes y tuve que bajarme de la bici y empujar unas cuantas veces, ya que cualquier repechito me parecía el Anglirú. Ya se notaba que se iba quedando la sierra atrás, y se iba transformando el paisaje en vega. En este terreno, pude sacar algo de fuerzas de donde ya no había y rodar a un ritmo decente, adelantando aún a alguno que iba peor que yo. Cuando me dí cuenta estaba en Tujena, donde se encontraba el último avituallamiento. En éste si que había de todo y comí y bebí de todo. Incluso una voluntaria me puso Reflex en la espalda, con breve masajito incluido!. Me marche de allí, cogiendo el camino que lleva a Paterna. Son sólamente 6-7 kms, pero que largos se hacen cuando vas fundido!.

 
Reponiendo fuerzas, faltaba Felipe por llegar (avería).

Cómo ha dicho Manuel Leandro, por este camino, mejor no mirar para Paterna, ya que desde lejos se vé el Pinguete y es un poquito desmoralizador. Este año, a diferencia del anterior, a estas alturas estaba algo mejor, lo que me animaba a continuar (el año pasado por aquí iba ya con las lágrimas fuera). A falta de 2 km sentí un pinchazo en mi pierna izquierda. Aunque había bebido y comido en Tujena, fué demasiado tarde, siendo ya aguda la deshidratación y comenzando los calambres (la primera vez en mi vida que me daba un calambre). Estiré un poco y comencé a subir el pinguete, acompañado por un compañero del Tope de Gama 5.0 de Utrera, que iba peor y al que fuí animando, aunque se quedó detrás al principio del Pinguete. Cuando me faltaban unos metros para coronar, de nuevo pinchazo, aunque esta vez en ambas piernas. Me tragué el dolor, no podía bajarme a falta de 10-15 metros para coronar. Subí como pude, sufriendo pero feliz, puesto que ya sabía lo que me quedaba, que para eso lo reconocímos el día antes!!! Un par de minutos después entraba en meta, muy cansado, sufriendo y feliz.


Como para no ducharme!

Nada más entrar en meta avisé a los compañeros para ver donde estaban, solté la bici y me fuí al comedor, donde me esperaban Josema y Manuel Leandro. Del resto ni rastro. Dioni y Marcos también llegaron y se unieron a comer con nosotros. Mientras almorzaba llamabamos a Felipe, pero no daba señales de vida. Se retrasó casi una hora por problemas mecánicos, que pudo solventar a fuerza de ingenio. Esperamos que comiera, nos duchamos y camino de Mairena, donde una vez que llegamos nos apretamos unos cubatazos más que merecidos en La Paloma.


Misión cumplida!

Un año más Paterna ha cumplido con las expectativas, continuando siendo un referente en lo que se refiere a maratones de BTT. Los que ya teniamos experiencia en la carrera, encantados, los novatos, pese a la dureza, aún más, por lo que, para el año que viene, repetiremos experiencia sí o si.

Como crítica, lo ya comentado de los avituallamientos. Paga igual el primero que el último. No es de recibo quedarse sin agua en los mismos, más aún en una carrera de nivel nacional. El resto, de 10.


El descanso del guerrero.

Datos de la ruta:

  • 92.7 kms totales (larga)
  • 6 horas y 16 minutos de pedaleo
  • 14.8 kmh de velocidad media
  • 1.999 metros de desnivel positivo acumulado
  • 164 w de potencia promedio
  • 66.6 kmh velocidad máxima
  • 28.5 % de pendiente máxima superada (aunque en el km 32.6 el Strava pone 45.6 %, supongo que será un error).

 
Bueno señores, tarde la crónica pero creo que ha merecido la pena la espera. Cómo siempre, espero que os haya gustado, pronto más!!!


 

 

 

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