El pasado día 27, mientras unos estabamos en la playa y otros en el Veleta, la actividad de LKDT seguía adelante. Mejor que lo cuente Manuel Leandro.
Esta semana, por varios motivos, solo quedábamos para salir
el domingo 27 de julio los componentes de LKDT Josema y el que suscribe (M.
Leandro), al que se unieron los amigos Antonio y Luís. Quedábamos a las 8 en El
Huerto, donde decidimos que íbamos a hacer la ruta de Utrera para entrar por la
zona de la selva, y que tanto Luís como Antonio vieran con sus propios ojos que
el socavón que hay al empezar dicho camino se puede pasar sin bajar de la bici,
cosa que no se creían.
Salimos por la calle Sevilla hacia el bar La Legión para girar a la derecha y bajar la cuesta de la carretera de la vega hasta el cruce con la VV de Los Alcores, donde giramos a la derecha para tomar dirección a Gandul. Una vez atravesado Gandul bajamos la cuesta para pasar por el tubo de debajo de la A92 y seguimos hasta el castillo de Marchenilla. Poco antes de llegar a la finca de La Armada adelantamos a 2 ciclistas que iban haciendo turismo (por el ritmo que llevaban), sacando nuestra propia conclusión de que eran un padre y un hijo. Llegamos al desvío para entrar en la selva, y decir que hasta aquí el viento siempre nos estuvo dando de cara, aunque nos dejaba llevar un ritmo alegre. Josema y yo atravesamos el socavón del tirón sin bajarnos de la bici, y tanto Antonio como Luís al verlo, nos preguntaron que qué sitio se nos resistía ya para pasarlo. Ellos se bajaron por prudencia y lo pasaron andando. Seguimos todo el recorrido de la selva hasta salir al Erosky de Utrera. Aquí propuse de ir hasta el santuario de la Virgen de Consolación para avituallarnos allí, y de camino hacer el recorrido un poco más largo, cosa que aceptaron el resto de componentes. Nos dirigimos a la rotonda de acceso a la ciudad de los mostachones donde nos cruzamos con los compañeros del club BTT Los Alcores. Llegamos al santuario, visitamos el interior y luego repusimos fuerzas en el exterior, además de hacernos las fotos para el recuerdo.
Salimos por la calle Sevilla hacia el bar La Legión para girar a la derecha y bajar la cuesta de la carretera de la vega hasta el cruce con la VV de Los Alcores, donde giramos a la derecha para tomar dirección a Gandul. Una vez atravesado Gandul bajamos la cuesta para pasar por el tubo de debajo de la A92 y seguimos hasta el castillo de Marchenilla. Poco antes de llegar a la finca de La Armada adelantamos a 2 ciclistas que iban haciendo turismo (por el ritmo que llevaban), sacando nuestra propia conclusión de que eran un padre y un hijo. Llegamos al desvío para entrar en la selva, y decir que hasta aquí el viento siempre nos estuvo dando de cara, aunque nos dejaba llevar un ritmo alegre. Josema y yo atravesamos el socavón del tirón sin bajarnos de la bici, y tanto Antonio como Luís al verlo, nos preguntaron que qué sitio se nos resistía ya para pasarlo. Ellos se bajaron por prudencia y lo pasaron andando. Seguimos todo el recorrido de la selva hasta salir al Erosky de Utrera. Aquí propuse de ir hasta el santuario de la Virgen de Consolación para avituallarnos allí, y de camino hacer el recorrido un poco más largo, cosa que aceptaron el resto de componentes. Nos dirigimos a la rotonda de acceso a la ciudad de los mostachones donde nos cruzamos con los compañeros del club BTT Los Alcores. Llegamos al santuario, visitamos el interior y luego repusimos fuerzas en el exterior, además de hacernos las fotos para el recuerdo.
Despues de este descanso pusimos rumbo a Mairena. Al empezar el camino de vuelta, una vez que acaba el asfalto y empieza la tierra, volvimos a adelantar a los 2 ciclistas que suponíamos que eran padre e hijo. Con lo entretenido del recorrido y el aire soplando a favor, Josema, Antonio y yo empezamos a poner un ritmo más bien fuerte, y cuando nos dimos cuenta se nos había perdido Luís. Nos paramos porque me estaban llamando por teléfono, y era Luís para decirnos que se había parado a ayudar a unos ciclistas que habían pinchado y no tenían bomba para llenar la rueda. En esto que padre e hijo nos adelantan. Decidimos seguir y esperar a Luís en el cruce donde ya hay que girar a la derecha para ir por el camino que nos lleva de vuelta a la finca de La Armada, ya que aquí hay varios árboles que nos daban sombra. Justo antes de llegar al cruce, otra vez adelantamos al padre y al hijo, y ya nos miraron extrañados de la velocidad a la que lo pasábamos, y que en la misma mañana los habíamos adelantado 3 veces. Cuando llegó Luís emprendimos el camino de vuelta hasta llegar a las inmediaciones del castillo de Marchenilla, donde cruzamos la carretera de Morón para coger el camino al palacio de Gandul.
Empezamos a subir la cuesta del tubo, y justo a 70 metros antes de llegar al palacio, un rebaño de cabras que ocupaban todo el camino nos hicieron parar, y tuvimos que esperar a que se adentraran por detrás del palacio para poder seguir nuestro camino. Al llegar al palacio, Luís y Antonio subieron por la carretera hasta el desvío de la VV, y Josema y yo, como es costumbre, y ya es obligado, subimos la trialera bautizada con mi nombre por el grupo. Al empezar a bajar para Gandul, la parte que conquistó Arturo, estaba cortada con una zanja a todo lo largo del recorrido de la vía, por lo que tuvimos que ir hasta el cruce del camino que baja al palacio para poder incorporarnos a la via, teniendo que coger la bici a cuesta para sortear una cadena que han puesto al empezar el camino, vamos que han cortado el acceso a esa finca. Ya desde aquí a Mairena por la VV.
Subimos la cuesta de la residencia de ancianos, y Luís, que con el calor lo estaba pasando mal, decidió ir a su casa a refrescarse, mientras el resto nos refrescamos en el bar Huerta Pablo, como es habitual, con unas cervezas y su respectivo picoteo.
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