viernes, 27 de junio de 2014

Salida rondeña 17-05-2014

El pasado 17-05-2014, Felipe, Isaac y Trigueros hicieron una expedicion por Ronda y sus alrededores. Estas son sus experiencias;


Ruta Ronda 17-05-2014

En esta ocasión, una parte del grupo (Isaac, Trigueros y yo, Felipe) planeamos hacer una buena ruta por Ronda y darnos un poco de caña en las piernas. Nos citamos temprano en el Huerto, a eso de las 7 para cargar las bicis en el coche y poner rumbo directo a Ronda. El día prometía, pues la mañana se percibía agradable en temperatura e incluso seminublado.

Una vez llegados a Ronda, y descojonados de la risa con la voz del gps de Trigueros (una pobre anciana agonizando en sus últimos minutos de vida), y como es de costumbre en nosotros, no sabíamos cómo llegar al albergue, pues teníamos reserva ya que queríamos dar buena cuenta de cómo es la noche rondeña. 

Después de dar varios tumbos y callejear, al fin encontramos el ansiado albergue y qué grato recibimiento tuvimos, una agradable (en todos los aspectos) recepcionista nos estaba aguardando para darnos el recibimiento y el trato que se merece todo huésped (o al menos nosotros).

Con todo ya dispuesto para emprender el día betetero por la serranía rondeña, nos comenta un trabajador el albergue que la ruta que queremos hacer nos llevaría casi 6 horas, lo cual nos puso la mosca detrás de la oreja, pues no parecía tan dura ni tan larga a priori…y claro, la mitad de esas horas son para salir de la ciudad de Ronda…vaya cosa complicada!!! Nos costó bastante dejar la urbe y adentrarnos entre matorrales, piedras y arena…que para eso llevamos una btt. La verdad que el paisaje acompañaba bastante, lo que hacía un poco más llevadero las continuas subidas que nos deparaba el camino.

Una vez dejamos atrás la ciudad de Ronda, nos dirigíamos rumbo a Alcalá del Valle, pero teníamos unos cuantos de kilómetros de por medio, pues nos encontrábamos en la provincia de Málaga y el citado pueblo se ubica en la vecina provincia de Cádiz. Después de subir un buen puñado de “repechos”, por ser generoso, y de bajar alguna que otra trialera, y de cruzar la vía del tren, nos dimos cuenta que lo que estábamos siguiendo era la senda de la archi-conocida “101 de Ronda”, ya que estaban aún las marcas en el suelo. Salvado este tramo y adentrados en la localidad de Alcalá del Valle, decidimos hacer un alto en la marcha y reponer un poco de energía, pues éramos conscientes de que lo peor aún estaba por llegar. 

El siguiente objetivo a alcanzar era Setenil de las Bodegas, no a demasiados kilómetros de donde nos encontrábamos, así que con rumbo fijo y decisión nos pusimos a ello. Al llegar a la mencionada localidad, qué suerte que era la romería del pueblo…y el pueblo no será muy grande, pero creo que llevaban tres carrozas por habitante, no paraban de pasar!!! Salvado ese escollo y como manda la tradición, no pudimos dejar de escapar la ocasión de observar esas calles debajo de las rocas de la montaña, y qué fresquito se estaba allí debajo! Con lo agusto que ibamos, el señor Lorenzo decidió salir y al menos a mí me castigó bastante.


Ya no nos separaba ningún pueblo más hasta volver a Ronda, y aún nos quedaba un trecho, así que reanudamos la marcha, y madre mía, vaya pedazo de cuesta nos esperaba nada más salir de Setenil, pero peor aún, cuando la subimos no era por allí!!! Así que media vuelta y a coger el camino correcto, pero no pasa nada porque la que venía era aún peor, una de esas cuestecitas que te tienes que echar en el manillar, y encima era de cemento, y era bastante larga. Se nos hizo bastante dura, ya llevábamos una buena paliza en las piernas. Al pasar por la puerta del famoso cuartel de la legión y echarnos la correspondiente foto, tuvimos un momento de enajenación mental y no sé cómo pero el camino despareció y la última alternativa era hacer un pequeño tramo sobre la vía del tren (plan kamikaze total). Por suerte el tren acababa de pasar…

Pero aún nos quedaba lo peor, la gran llegada a Ronda, entraríamos por donde sale la “101”, íbamos al revés de la citada carrera, ellos empiezan bajando y nosotros terminaríamos subiendo, y qué subida, ya por carretera, no recuerdo la distancia, creo que unos 4 0 5 kilómetros de continua subida y con una pendiente cada vez con más desnivel lo que hacía aquello cada vez más exigente y una calor que ya se hacía notar (casi las 13,30 pm) y por más que mirabas para arriba, siempre veías la ciudad en alto.
Lo que nos mantenía a flote era de nuevo el recibimiento que nos esperaba en el albergue, con su correspondiente ducha, ropa limpita y por supuesto, cerveceo y tapeo por esos bares del centro.

Espero os haya gustado, y os la recomiendo encarecidamente.

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